Durante
la segunda mitad del siglo XIX en Europa es la consolidación de los
estados modernos, a partir de las ideas nacionalistas románticas de
la primera parte del siglo.
En
1871 se produce la unificación de Alemania que pasará pronto a ser
la principal potencia de Europa Central. Antes de la formación de un
estado nacional unificado, el territorio de
se
encontraba dividido en un mosaico político formado por 39 estados.
Entre ellos destacaban, por su importancia económica y política,
Austria y Prusia. Desde principios del siglo XIX, tras las guerras
napoleónicas, fue imponiéndose la idea de unificar las distintas
organizaciones políticas herederas del Sacro Imperio Romano en un
solo estado alemán.
Italia
se unió en 1870. Predominio del norte. El sur, empobrecido, sufre la
emigración a América se logró la unión del sur cuando Garibaldi,
inconforme con el tratado entre Cavour y Napoleón, se dirigió a
Sicilia con las camisas rojas, conquistándola y negándose a
entregarla a los piamonteses; desde allí ocupó Calabria y conquistó
Nápoles.
En
Francia, en el mismo año, se proclamó la Tercera República. es un
período de la Historia de Francia que cubre desde el fin del Segundo
Imperio Francés hasta el establecimiento de la Cuarta República al
finalizar la Segunda Guerra Mundial, tras el intervalo del Régimen
de Vichy. La "Tercera República" fue una democracia
parlamentaria.
Sobrevivió a la Primera Guerra Mundial pero no pudo contener la
invasión por parte del Tercer Reich en 1940, durante la Segunda
Guerra Mundial.
Sin
embargo, Inglaterra mantiene la supremacía económica y política en
Europa. Rusia es una gran potencia aunque se inició una continua
convulsión social, debido a las malas condiciones de vida de la
mayoría de la población.
Tambien
se produce la revolución de los transportes, cuando se contruye el
canal de Suez (1869) y mejoras en la navegación.
ASPECTOS
SOCIALES Y ECONÓMICOS
Nace
un nuevo sistema socio-económico y político: el sistema
capitalista, propiciado por el desarrollo de dos nuevas clases
protagonistas en la segunda mitad del siglo XIX.
LA
BURGUESÍA. que acumulaba riqueza y poder se acercó a la nobleza,
atraídos por su prestigio. La mezcla fue una nueva clase dominante,
que impuso sus sus valores e intereses: el dinero, la productividad,
el trabajo y el pragmatismo. La segunda revolución industrial. La
elevada producción y los progresos técnicos como el motor de
explosión, la electricidad, el ferrocarril, incremento de mano de
obra y los nuevos mercados de consumidores,llevó a Implantación del
taylorismo. Método de trabajo que buscaba aumentar la productividad,
creando cadenas de trabajo en las que los obreros se especializaban
en pocas tareas. Permite aumentar la productividad pero toma al ser
humano casi como una máquina.
EL
PROLETARIADO. Trabajadores que organiza el “movimiento obrero”.
En 1864-1889 se constituye en Londres la I y II Asociación
Internacional de Trabajadores, que se extiende rápido a muchos
países europeos. Por los mismos años se fundan los primeros
partidos socialistas. La mayoría de los escritores realistas tomarán
partido ante los conflictos entre las nuevas clases protagonistas;
algunas tendencias, como el naturalismo, lo harán de modo radical.
Otro
fenómeno generalizado fue la implantación de la educación primaria
obligatoria. Esto respondía a objetivos del nuevo sistema
socioeconómico y político: unificar valores como la cultura y la
lengua nacionales, y crear un sistema educativo laico, libre de la
dirección de la iglesia. El nuevo sistema se basaba en el
liberalismo económico y social, y la iglesia era radicalmente
opuesta al liberalismo. Lógicamente, los nuevos dueños de la
economía querían influir en los políticos para librarse de la
educación dominada por los religiosos. Esta extensión educativa era
un peligro para las clases dominantes ya que se abría la puerta a
que el proletariado adquiriera mayor formación y con el tiempo fuera
menos manipulable.
HOLANDA: La segunda mitad del siglo XIX marcó la liberalización del gobierno bajo el impacto de las revoluciones que habían sacudido a Europa. En 1848 se demando la liberación de los estados, el rey Guillermo II promovió reformas liberales y democráticas que incluyeron una nueva constitución escrita por Johan Rudolf Thorbecke que entró en vigor el 3 de noviembre de ese año y en la que el monarca perdió buena parte de sus atribuciones y se prestó particular interés a proteger las libertades civiles. La constitución de 1848 se convirtió en la base de la actual democracia holandesa. Bajo su normativa ya no fue posible el gobierno autocrático del monarca y los miembros de la primera cámara del parlamento, que anteriormente eran designados por el rey, pasaron a ser electos por asambleas provinciales. Los miembros de la asamblea y de la segunda cámara del parlamento eran electos por todos los que pagaran un impuesto estipulado.
Hacia
fines del siglo, el sufragio fue gradualmente extendido y la
agitación en pro de la reforma social aumentó significativamente.
El encumbramiento de un fuerte partido laborista y de la organización
de los trabajadores en sindicatos llevó a que se realizaran
reformas. Tras décadas de debate sobre la escuela, protestantes y
católicos se aliaron contra los liberales y en 1888 obtuvieron la
apertura de escuelas privadas. Surgieron nuevos partidos, en torno a
ideas religiosas y las ideologías de la época. Al Liberal, el
Protestante y el Católico, se agregaron el Conservador Protestante,
el Socialista y el Comunista. Como ninguno era capaz de reunir una
mayoría, las coaliciones se hicieron frecuentes.
La
ascensión de la reína Guillermina al trono de los Países Bajos en
1890 significó la separación de Luxemburgo. La delimitación
territorial del actual Reino de los Países Bajos u Holanda se
estableció en 1867. Hasta esa fecha, la región denominada Países
Bajos (compuesta por los modernos estados de Bélgica, Luxemburgo,
Holanda y una parte del norte de Francia) sufrió numerosas
particiones políticas.
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